Testimonio de Juan Carlos Aparacio

Mi nombre es Juan Carlos Aparicio Cárdenas. Tengo 49 años, nací en Huaraz, Región de Ancash. Soy profesor de Matemáticas desde hace más de 16 años en la Institución Educativa Particular “Francisco Penzotti”, ubicado en el distrito de Los Olivos en la ciudad de Lima. Hace más de 4 años me enteré acerca de SEDES a través de su Analista de Créditos Fernando Vallejos, quien me visitó en mi Centro de Trabajo. Solicité un primer préstamo para hacer arreglos en mi departamento y alquilarlo. Hasta la fecha he recibido cinco préstamos los cuales he pagado con puntualidad honrando mis compromisos frente a SEDES. Los cuatro últimos préstamos los invertí en compra de terrenos de cultivo en la comunidad de Ricardo Palma, provincia de Leoncio Prado, Región de Huánuco, para poder sembrar productos de la zona.
Durante todo este tiempo de pandemia, he pasado por experiencias tristes pero también encontré oportunidades. En el mes de abril de este año 2020, mi primo hermano Marco Antonio Erazo Cárdenas y yo, nos ofrecimos como voluntarios para luchar contra el covid-19 en nuestra comunidad el Asentamiento Humano Francisco Bolognesi, distrito de San Martín de Porras, Lima en trabajos de prevención, fumigando con exquat 50 y lejía industrial las casas de nuestra manzana y otras casas vecinas, sin embargo en el mes de agosto mi primo se contagió del covid 19 y a los dos semanas falleció. Sabíamos que el trabajo de prevención era muy riesgoso, salvamos muchas vidas, pero el precio por este trabajo voluntario fue la vida de mi primo que ofrendó su vida por salvar a otros, lo cual me llenó de una profunda tristeza.
Desde el inicio de la pandemia en marzo 2020 hasta el mes de agosto, me estuve dedicando en Lima a actividades educativas dando clases de matemáticas, pero las condiciones salariales y trabajo cambiaron y viendo que la situación era difícil, decidí dedicarme a actividades agrícolas en mi chacra del caserío de Ricardo Palma, donde ya se venía cultivando algunos productos de la zona como cacao, plátanos, maní y ají “charapita”. El trabajo en la chacra la asumimos como familia contando con el apoyo de mi madre y mis hermanos y también contratando eventualmente trabajadores del caserío para las actividades de siembra y cosecha.
Doy gracias a Dios que SEDES que confió en mis proyectos de ampliar mis áreas de cultivo. Recibí un préstamo de S/ 8,000 para comprar plantones de plátanos y cultivarlos ya que su sombra mejora las plantas de cacao y previene su pérdida debido al fuerte calor del mes de julio. Con el reciente préstamo de setiembre por S/ 4,000 mejoré el sistema de riego (comprando motor, tubos, etc.). Actualmente tengo en cultivo 6 hectáreas de cacao y tres hectáreas de ají “charapita”.
Paralelamente y mientras los cultivos van creciendo, financio los costos de alimentación y otros con el alquiler de un departamento en San Martín de Porras, Lima y también doy clases de matemáticas por internet para lo cual viajo a la ciudad de Tingo María ubicada a 40 minutos de la comunidad Ricardo Palma, donde resido.
En el caserío hay necesidades de toda índole en lo económico, educativo, recreativo, etc. y uno de mis retos es buscar mejores mercados para los productos que se cultivan en el caserío donde viven 142 familias con una población aproximada de 500 habitantes, quienes vendemos nuestros productos en Tingo María. Tengo proyectado para los próximos años mejorar el cultivo del cacao, organizándonos con mis vecinos productores para obtener mejores precios accediendo a otros mercados y aplicando mejores técnicas para mejorar la productividad. Seguiré cumpliendo mis compromisos con SEDES y confiando que seguiré recibiendo su apoyo.